NOTRE CHARISME, NOTRE ESPRIT ET NOTRE SPIRITUALITÉ 

                                                         

 

NUESTRO C A R I S M A

“Si alguno tiene el don de servir, que sirva
Si alguno tiene el don de enseñar, que enseñe
Si alguien tiene el don de animar,
que anime.”

(Rom 12, 7-8a)

Habiendo recibido este don del Espíritu, las Hermanas Van Biervliet, preocupadas de formar, de acompañar y de “hacer el bien”, se dedicaban a la educación y a la enseñanza, conscientes de que este servicio conduce al desarrollo y realización integral de cada persona.

Su deseo de promover el Reino de Dios y su amor a la Iglesia las inspiraron a iniciativas audaces y eficaces para encontrar las formas de educación más adecuadas y otros compromisos al servicio de la familia y de los pobres.

NUESTRO ESPÍRITU

Desde el principio, en 1829, su espíritu de familia fue una fuerza de atracción.

Lo que las hermanas Van Biervliet vivieron en familia: fe, unión, confianza, apertura, respeto personal y recíproco, gusto y esfuerzo por el trabajo, capacidad de admiración, sencillez, discreción, impregnaba su estilo de vida.

NUESTRA ESPIRITUALIDAD

No sorprende que las Hermanas Van Biervliet, en el momento de la fundación de la Congregación en 1856, encontraran su inspiración en el misterio de Nazaret.

En efecto, en esta bendita casa de Jesús, María y José, encontraron lo suficiente para fecundar tanto su proyecto educativo como su espíritu de familia.

U C T U A L I S A C I Ó N

Nuestra fidelidad al Espíritu, nuestra unión con las Fundadoras, nos estimulan a buscar, con el mismo dinamismo espiritual, dónde, cómo, con quién, para realizar el don inicial.

NUESTRO LEMA:

“No fallit te Deus”

Está inscrito en la cruz que llevamos y en nuestro escudo.

Expresa nuestra fe en “Dios que camina con nosotros” y nunca nos abandona.

Nuestro escudo muestra los tres colores de la Sagrada Familia: rojo, amarillo y azul. En la parte roja están las letras SF de Sagrada Familia. La parte azul muestra pájaros y lirios correspondientes a los versículos 26-29 del capítulo 6 del Evangelio de San Mateo, ilustrando la inspiración de nuestro lema.

“Mira las aves del cielo: no siembran ni siegan…

y vuestro Padre celestial les da de comer!

Observa los lirios del campo… no trabajan ni hilan,

y te digo,

Salomón mismo… nunca se vistió como uno de ellos”.

Mateo 6.26-29

Nuestro carisma, nuestro espíritu y nuestra espiritualidad están consagrados en nuestras Constituciones. Estos nos dan el significado profundo de nuestra vida religiosa. Son escritos o revisados por miembros de la congregación durante los capítulos (reunión de delegadas de todas las hermanas). Para entrar en vigor, están sujetos a la aprobación de la Santa Sede en Roma. Estamos llamadas a conocerlas, a estudiarlas ya rezarles ya preguntarnos si permanecemos fieles al espíritu ya la meta que se habían propuesto las señoritas Van Biervliet.

Esta herencia espiritual inspira desde hace varios años a los laicos que se han formado en Fraternidad. Toman como modelo de vida familiar a la Sagrada Familia de Nazaret y buscan vivir las virtudes del espíritu de familia de las señoritas Van Biervliet. Comparten con nuestra congregación la preocupación por promover la familia cristiana en su entorno.